Fuente: PORTAL VETERINARIA
Fecha: 6 de Octubre de 2022
El virus H5N1 de la gripe aviar está causando actualmente una epidemia sin precedentes entre las aves silvestres y domésticas europeas, según señalaba recientemente un informe de la EFSA. Además, la enfermedad ha pasado todavía más al primer plano de la actualidad al conocerse que un trabajador de una granja avícola de la provincia de Guadalajara había dado positivo en gripe aviar. No obstante, este virus tiene muy baja capacidad de infectar humanos, y los tres casos en los que se ha constatado una infección se han debido a situaciones de estrecho contacto con el polvo que se levanta durante el manejo de aves de corral afectadas.
Ursula Höfle, profesora contratada doctora del Grupo SaBio del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos IREC (CSIC-UCLM-JCCLM), ha hecho una breve historia del H5N1, que se ha publicado originalmente en Science Media Centre España.
Virus específicos de las aves
Los virus de gripe aviar son virus de influenza A específicos de las aves. Sus nombres HXNX derivan de dos tipos de espículas (la hemaglutinina y la neuraminidasa) que tienen en su superficie, de los cuales hay un gran número (17 H y 9N) y de las que existen todo tipo de combinaciones. Estas espículas o antígenos son también contra lo que están dirigidos los anticuerpos (en todas las especies) que los individuos infectados desarrollan.
Históricamente los virus de gripe aviar circulaban de forma silenciosa entre las aves acuáticas, principalmente patos y gaviotas, y de hecho la mayoría sigue haciéndolo (virus de influenza aviar llamados de baja patogenicidad). Solo los de los subtipos H5 y H7 son capaces, tras su introducción en explotaciones de aves de corral y la transmisión en cadena entre muchos individuos de pollos o pavos, de convertirse en versiones mucho más agresivas (de alta patogenicidad) causando una gran mortalidad.
Estos cambios se producen o bien por pequeños errores en la replicación de los virus en cada huésped nuevo (mutaciones), o bien por intercambios de segmentos genéticos con otros virus de influenza aviar cuando dos diferentes (por ejemplo, de otro subtipo) infectan a la vez al mismo individuo. Esto se debe a que los genes de estos virus consisten en ocho segmentos que son intercambiados con facilidad si dos virus infectan una misma célula.
Introducción en las explotaciones avícolas
En el escenario histórico, la época de riesgo solo abarcaba el invierno y la introducción del virus en una explotación estaba relacionada con un contacto de aves acuáticas con las aves de corral. En el caso de brote en una explotación, la expansión del virus se podía detener eliminando todas las aves de corral de las granjas afectadas, implementando un control estricto de movimientos y vigilancia sanitaria de aves de corral.
También era extremadamente raro que se infectase una persona, ya que estos virus están adaptados al crecimiento en células del tracto respiratorio o digestivo de las aves y en principio carecen de la capacidad para adherirse y entrar en las células del epitelio respiratorio y digestivo de las personas. Sin embargo, aun así, en el pasado ha habido algún caso excepcional de infección de una persona tras una exposición prolongada, por ejemplo, a polvo en una nave llena de aves de corral afectadas (concretamente en Países Bajos por un virus H7N7 en 2003 que causo principalmente conjuntivitis a las personas afectadas).
La aparición del genotipo H5N1
Con la aparición de un nuevo genotipo de virus H5N1 en Guangdong (China) en 1997 cambiaron dos cosas fundamentales: este virus en concreto empezó a ser mortal también para muchas especies de aves silvestres y, en casos de exposición intensiva (personas en Asia que conviven de forma continua con sus aves) tenía capacidad de infectar a las personas (primeros casos en Hong Kong en 2003). Este virus que llegó a Europa en 2005 a través de aves migratorias (entre otras vías) nunca desarrolló la capacidad de propagarse fácilmente de persona a persona. Sin embargo, en la mayoría de las personas que infectaba causaba un proceso muy severo, con una alta letalidad (un alto porcentaje de las personas infectadas fallece), debido probablemente a que su replicación se desarrollaba en las células del pulmón en lugar de las células del epitelio de las vías respiratorias altas (la nariz o la tráquea).
El virus H5N1 actual que está circulando a nivel global y está causando una epidemia sin precedentes entre las aves silvestres y domésticas, especialmente en Europa y el continente norteamericano, contiene fragmentos de este ancestro H5N1, pero también de muchos otros subtipos además numerosas mutaciones. En la actualidad su capacidad de infectar humanos es muy baja, se trata a un virus muy adaptado a las aves. En los tres casos en los que se ha constatado una infección hasta la fecha, se ha tratado de exposiciones extremas y prolongadas. Concretamente, son situaciones de estrecho contacto con el polvo que se levanta durante el manejo o la despoblación de aves de corral afectadas.
En ninguno de los tres casos (uno en EE. UU., uno en Reino unido y el último en España) se han observado síntomas de enfermedad ni ha existido transmisión a otras personas. Es decir, tal y como explican la organización mundial de la salud (OMS), la Agencia Europea de Seguridad alimentaria (EFSA) y el ministerio de Sanidad, el riesgo para las personas es actualmente muy bajo.
La vigilancia se hace muy necesaria
Dicho esto, es necesario vigilar muy de cerca el desarrollo de este virus ya que aunque las posibilidades de reorganización (intercambio de material genético) entre este H5N1 y otros virus de gripe aviar o un virus de gripe estacional son remotas, no se pueden excluir por completo. Aunque ocurra, de nuevo muy probablemente no resultaría en un virus más letal o más transmisible, pero no es totalmente descartable que pueda pasar. La ventaja es que es conocido y existen las herramientas para una vigilancia integrada.
Lo que sí es muy real e importante es el riesgo para las explotaciones avícolas, ya que el virus se ha establecido en las aves silvestres afectando a muchas más especies y con mucha mayor virulencia que nunca antes y además en verano, fuera de los periodos habituales de circulación. Esto hace que las medidas de bioseguridad estrictas cobren una especial importancia, ya que son la principal forma de proteger las explotaciones.