Fuente: PORTAL VETERINARIA
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Fecha: 27 de Agosto de 2020
La carne de ave, sea de producción nacional o provenga del extranjero, sigue siendo segura para consumir en estos momentos de alerta sanitaria por el coronavirus. Este es el mensaje que ha lanzado el Consejo Internacional de Avicultura (International Poultry Council – IPC) ante las noticias publicadas sobre la aparición del coronavirus en carne de pollo importada de China.
El IPC recuerda que la carne de ave es una parte esencial de una dieta nutritiva para los consumidores de todo el mundo, y que la seguridad alimentaria es de suma importancia para el sector avícola mundial, ya que todos trabajan para alimentar a los consumidores a nivel global. También subraya que es fundamental que los gobiernos y el sector privado trabajen juntos para garantizar la seguridad alimentaria, garantizar el comercio mundial de alimentos y garantizar el acceso de los consumidores a la carne de ave de corral segura y nutritiva.
La alarma generada por la supuesta aparición del coronavirus en alas de pollo procedentes de China, cuyos detalles concretos no se han especificado, han provocado que se genere “información inexacta sobre la seguridad de los productos avícolas importados”, denuncia el IPC, que ha querido aclarar la situación.
En primer lugar, recuerdan, hasta la fecha no se ha registrado un solo caso de transmisión de COVID-19 a través del envasado de alimentos o de los alimentos en sí.
No es un índice de infectividad
Del mismo modo, subrayan que es importante especificar que la detección de material genético perteneciente al virus de la COVID-19 no es un índice de infectividad del paquete o producto muestreado, sino solo que la superficie probada ha entrado en contacto con material viral que puede no estar vivo, viable e infeccioso.
Los fragmentos inactivos del virus pueden permanecer en las superficies, pero estos fragmentos inactivos no pueden transmitir la COVID-19, y la mayoría de las pruebas no pueden diferenciar entre fragmentos inactivos de virus no infecciosos y virus viables. Por lo tanto, se requiere precaución en la interpretación de los resultados de las pruebas.
La COVID-19 no es un problema de seguridad alimentaria
De acuerdo con el conocimiento científico actual de la OMS, la FAO, la OIE, el Codex y la OMC con respecto a la COVID-19, esta enfermedad no es un problema de seguridad alimentaria, sino una enfermedad respiratoria y su principal vía de transmisión es de persona a persona a través de las gotitas respiratorias. El virus no puede multiplicarse en los alimentos y no afecta a las aves de corral, y solo puede infectar a las personas cuando está presente en su forma intacta.
Actualmente no hay evidencia de que el coronavirus pueda transmitirse por los alimentos o por la carne, ya sea fresca o congelada. No obstante, el IPC recuerda que la industria alimentaria sigue aplicando estrictos procedimientos de seguridad alimentaria para garantizar la inocuidad de los alimentos, y que los procedimientos de análisis de peligros y puntos críticos de control que existen a nivel mundial son un enfoque preventivo sistemático de los riesgos biológicos de seguridad alimentaria, incluido el virus de la COVID-19.
Por último, el International Poultry Council afirma que la industria avícola está totalmente comprometida para garantizar el más alto nivel de seguridad en cada paso desde la granja hasta el consumidor, al mismo tiempo que proporciona la seguridad de sus trabajadores y el suministro continuo de proteínas de alta calidad a los consumidores de todo el mundo.