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Fuente: DIARIO VETERINARIO
www.diarioveterinario.com
Fecha: 18 de Enero de 2019
Autores: LAURA REPETO
Las intoxicaciones alimentarias durante el invierno, aumentan por culpa de las bajas temperaturas, pues provocan la supervivencia y multiplicación de los gérmenes, tal y como apunta la Comunidad de Madrid .
En los alimentos con temperaturas comprendidas entre los 5ºC y los 65ºC, estas bacterias tienden a multiplicarse. Mientras que en la mayoría de los casos empiezan a destruirse por encima de los 65º, por debajo de los 5º se retrasa su multiplicación.
En este sentido, las pautas que ofrecen para evitar este tipo de intoxicaciones pasan por mantener la cadena de frío de los alimentos.
Así, planificar con antelación el menú puede ser uno de los primeros pasos a seguir para evitar que los alimentos se tengan que desechar, pues “los volúmenes elevados de comida dificultan su mantenimiento tanto en frío como en caliente”.
También, mantener la nevera por debajo de los 5ºC comprobando si hay espacio suficiente entre los alimentos para que el aire circule, y mantener la comida caliente por encima de los 65ºC, puede ayudar a conservarla correctamente.
Por otra parte, señalan la importancia de “comprobar las instrucciones de conservación del producto leyendo la etiqueta”, así como la de dividir la comida en porciones para enfriarla, ya que “si la comida recién cocinada no se va a consumir inmediatamente, conviene reducir la temperatura lo antes posible”.
Además, aconsejan utilizar una bolsa isotérmica para transportar los alimentos perecederos.
Por último, subrayan que “en caso de duda se deseche la comida, ya que si algún alimento perecedero ha estado entre dos y cuatro horas a temperatura ambiente, hay que consumirlo inmediatamente. En caso de que hayan pasado más de cuatro horas, no es seguro consumirlo”.

QUÉ ES UNA INTOXICACIÓN ALIMENTARIA
Concretamente, las intoxicaciones alimentarias son originadas por el consumo indebido de comidas y bebidas, contaminadas por microorganismos como las bacterias o los virus, o por sustancias tóxicas.
De acuerdo con este problema, es importante señalar que, tal y como informa la Comunidad de Madrid, “las características del alimento, como por ejemplo su origen, el contenido en agua o el tipo de procesado, influyen en la multiplicación de gérmenes patógenos”.
Pero no sólo las características favorecen o no la multiplicación de bacterias en la comida, sino que “la persona que manipula los alimentos, tanto en el hogar como en los establecimientos alimentarios, puede portar gérmenes de su garganta, nariz o incluso piel, y transmitirlos por no mantener unas condiciones higiénicas adecuadas, como por ejemplo no lavarse las manos, o estornudar sobre los alimentos o incluso cubiertos sin cubrirse la nariz”.
En el caso de padecer una intoxicación alimentaria, aconsejan acudir al médico de atención primaria para que valore la necesidad de un tratamiento y no consumir los restos de alimentos sospechosos, evitando también preparar o manipular comida mientras tenga síntomas.
EL ROL DEL VETERINARIO EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
El veterinario juega un papel fundamental en el control de la higiene, la inspección y la tecnología de la producción y elaboración de alimentos de consumo humano desde la producción primaria hasta el consumidor, la prevención, diagnóstico y tratamiento individual o colectivo, así como la lucha contra las enfermedades de los animales.
Prueba de ello, es que actualmente la directora de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) es la veterinaria Marta García Pérez .
Y es que, los veterinarios son piezas básicas para “la detección y la prevención de la propagación de enfermedades contagiosas”, según señalan desde la Federación Europea de Veterinarios (FVE, por sus siglas en inglés). Por ello, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa, por sus siglas en inglés) apuesta por la formación de los veterinarios en ésta materia.

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