+ 34 977 317 111 adiveter@adiveter.com

Fuente: DIARIO VETERINARIO

www.diarioveterinario.com

Fecha: 11 de Julio de 2022

Una cepa de staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA), la CC398, se ha convertido en el tipo dominante de MRSA en el ganado europeo en los últimos 50 años, y es una causa creciente de infecciones humanas por esta bacteria. Un estudio ha demostrado que esta cepa ha mantenido su resistencia a los antibióticos en cerdos y otros animales durante décadas, y es capaz de adaptarse con gran velocidad a los huéspedes humanos.

Los resultados advierten de la potencial amenaza que la CC398 representa para la salud pública. Se ha relacionado con un aumento de infecciones en personas con y sin contacto directo con el ganado. “Los casos de MRSA asociados con el ganado en humanos siguen siendo solo un pequeño porcentaje de todos los casos de MRSA a nivel mundial, pero el hecho de que estén aumentando es una señal preocupante”, advierten los autores.

“Los niveles históricamente altos de uso de antibióticos pueden haber llevado a la evolución en las granjas porcinas de esta cepa de MRSA muy resistente a los antibióticos”, añaden. Esta investigación ha ayudado a descubrir que la resistencia a los antibióticos en este MRSA asociado al ganado es muy estable, “ha persistido durante décadas y también a la propagación de la bacteria entre diferentes especies ganaderas”.

El uso de antimicrobianos en el ganado en la Unión Europea es mucho menor que hace unos años, pero los investigadores sospechan que esta reducción tiene un impacto limitado en los efectos de CC398, debido a su estabilidad.

Aunque esta cepa se puede encontrar en diferentes especies ganaderas, es más habitual hallarla asociada a cerdos. Su expansión ha sido muy evidente en granjas porcinas danesas. La proporción de piaras positivas para MRSA aumentó de algo menos del 5 % en 2008 al 90 % en 2018. Es importante recordar que esta bacteria no causa síntomas en los cerdos.

PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA

La intensificación de la ganadería, junto a los altos niveles de uso de antibióticos en los animales, ha generado preocupación por la capacidad de los animales de actuar como reservorio de infecciones resistentes a los antimicrobianos que pueden afectar a las personas. El MRSA es una de las muchas bacterias que pueden producir cepas hipervirulentas. Otro estudio publicado este año alerta sobre un problema similar con C. difficile.

“Comprender la aparición y el éxito de CC398 en las ganaderías europeas y su capacidad para infectar a los humanos es de vital importancia para gestionar el riesgo que representa para la salud pública”, aseguran. Esta capacidad está relacionada con tres elementos génicos móviles presentes en el genoma de MRSA, que son quienes le confieren algunas características representativas, como la resistencia a los antibióticos y su habilidad para evadir el sistema inmunitario de los seres humanos.

Los investigadores han descubierto que dos elementos móviles que confieren resistencia antibiótica, Tn916 y SCCmec, han persistido durante décadas en la cepa CC398 en cerdos y se mantienen cuando salta a los humanos. Provoca altos niveles de resistencia a los antimicrobianos más utilizados en las ganaderías.

Por el contrario, han detectado que el tercer elemento móvil estudiado, φSa3, que es el que permite que evada el sistema inmunitario humano, desaparece y reaparece con frecuencia tanto en personas como en ganado. Esta particularidad sugiere que CC398 puede adaptarse con mucha velocidad a los huéspedes humanos.

El óxido de zinc se ha utilizado durante muchos años en granjas porcinas para prevenir la diarrea en lechones. Debido a su impacto ambiental y a su posible papel en la resistencia a antibióticos en las ganaderías, la Unión Europea ha prohibido su utilización. Sin embargo, los autores de la investigación creen que esta decisión puede no ayudar a reducir la prevalencia de CC398, porque los genes que confieren la resistencia a los antimicrobianos siempre están vinculados a los que aportan resistencia al tratamiento con zinc.

El MRSA se identificó por primera vez en pacientes humanos en 1960. Debido a su resistencia a antibióticos es mucho más difícil de tratar que otras infecciones bacterianas. Por esta razón, la OMS considera que es una de las mayores amenazas mundiales para la salud de las personas.