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Fuente: ELIKA

www.ganaderia.elika.eus

Fecha: 21 de Diciembre de 2022

Análisis de Evaluaciones del Riesgos

Tras analizar los nuevos datos sobre brotes y atribución de enfermedades, virulencia, factores de riesgo para la población y avances en los métodos de laboratorio y vigilancia, el grupo JEMRA realizó las siguientes consideraciones a la hora de evaluar los riesgos de L. monocytogenes:
  • Tuvieron en cuenta en los modelos los siguientes productos alimenticios: verduras de hoja verde cortadas y verduras de hoja verde cortadas y envasadas, verduras enteras de hoja verde, melón en dados, melón entero, pescado ahumado y pescado en salsa y verduras congeladas.
  • Debido a la nueva información sobre variantes de cepas de monocytogenes, que difieren en su virulencia y tolerancia ambiental, se propone una clasificación de virulencia de L. monocytogenes.
  • Se han definido varios ejemplos para resaltar varios principios clave que deben considerarse en la evaluación del riesgo de monocytogenes.
  • Se han señalado varios aspectos a revisar de las Directrices del Codex sobre la aplicación de principios generales de higiene de los alimentos para el control de monocytogenes en los alimentos.
  • Se identificaron varias lagunas críticas en el actual modelo de evaluación de riesgos de la FAO/OMS y se ve necesario la actualización del modelo para fundamentar las estrategias de análisis de riesgo, incluso en países de ingresos bajos y medianos.

Recomendaciones

Para futuras evaluaciones del riesgo, se realizan las siguientes recomendaciones:
  • Debe aplicarse a los alimentos un modelo completo de evaluación de riesgos desde la producción primaria hasta el consumo, utilizando un enfoque modular, idealmente flexible, para ser utilizado entre productos alimenticios similares.
  • El módulo de producción primaria (pre- cosecha) debe permitir evaluar la introducción del patógeno en las materias primas, teniendo en cuenta, si es posible, los efectos de la temporada, las prácticas agroalimentarias y el cambio climático.
  • Debe contemplarse la posibilidad latente de contaminación cruzada desde la producción primaria hasta el consumo.
  • El modelo dosis-respuesta se debe adaptar a partir de modelos existentes, teniendo en cuanta la variabilidad de la virulencia de los patógenos y la susceptibilidad de las personas consumidoras, y deberá ser común a todos los productos alimenticios.
  • La secuenciación del genoma completo (WGS) y otros datos ómicos sobre monocytogenes ayudan a la evaluación del riesgo.
  • Los diferentes módulos de los modelos que describen las etapas de la cadena alimentaria pueden utilizarse para evaluar el impacto de las etapas sobre el riesgo en escenarios hipotéticos.
  • Se debe realizar un análisis de incertidumbre y de sensibilidad para identificar las hipótesis del modelo que tienen mayor impacto en la evaluación del riesgo (como la dosis y el riesgo para las personas consumidoras), lo que ayudará a identificar los escenarios relevantes y las necesidades de datos.
  • La recopilación de más datos sobre monocytogenes en la cadena alimentaria a partir de diferentes sistemas de muestreo y ensayo es útil para fundamentar la evaluación de riesgos.
  • En las futuras evaluaciones de riesgos se deben revisar los grupos de población vulnerables, basándose en los riesgos fisiológicos y otros factores socioeconómicos.
  • El uso de métodos de laboratorio normalizados aprobados que cultivan y aíslan cepas de monocytogenes debe ser la base para que los aislados humanos, alimentarios y humanos, alimentarios y medioambientales puedan ser caracterizados.
  • Como siguiente paso, los modelos elaborados establecidos en este informe deben probarse y revisarse para verificar que sean flexibles para contemplar diferentes escenarios e incorporar nuevos datos según el contexto nacional, regional e internacional.