+ 34 977 317 111 adiveter@adiveter.com

Fuente: PORTAL VETERINARIA

www.portalveterinaria.com

Fecha: 2 de Febrero de 2021

El Centro Europeo para Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha publicado recientemente su informe anual sobre la yersiniosis en la UE, en el que se recogen los datos de 2019 obtenidos del Sistema Europeo de Vigilancia (TESSy) en octubre de 2020.

La yersiniosis fue la cuarta enfermedad zoonótica transmitida por alimentos más notificada en la UE durante 2019. La carne de cerdo y los productos del cerdo son los alimentos que con más frecuencia se asocian a casos de yersiniosis humana, aunque también puede transmitirse por lácticos no pasteurizados, vegetales crudos y agua contaminada.

Yersinia enterocolitica y Yersinia pseudotuberculosis son las dos especies de bacterias del género Yersinia que causan la enfermedad en humanos, y ambas son de monitorización obligada en la UE.  La capacidad de Yersinia spp. para sobrevivir y crecer a bajas temperaturas es de gran importancia para la seguridad alimentaria, ya que las temperaturas de refrigeración son generalmente insuficientes para suprimir eficazmente el crecimiento de estas bacterias. En cambio, no sobreviven a las temperaturas normales de cocción ni a la pasteurización.

Tendencia estable en el número de casos

Los datos del informe anual del ECDC muestran que en 2019 se notificaron 7.048 casos confirmados de yersiniosis, causados por Yersinia enterocolitica y Yersinia pseudotuberculosis, en 29 países de la UE/EEE, con una tasa global de 1,7 casos por 100 000 habitantes.  Como en años anteriores, la yersiniosis no mostró en 2019 un patrón estacional claro, y  el número de casos notificados siguió una tendencia general estable.

El mayor número de afectados por la enfermedad se dio en niños menores de 4 años, que representaron el 23 % de todos los casos notificados. A medida que la edad avanza, los casos notificados de esta enfermedad disminuyen, hasta alcanzar el mínimo en la franja de 45 a 64 años.

Reservorio en los cerdos domésticos

De las dos especies, Y. enterocolitica es la que causa el mayor número de infecciones humanas (99 %). El principal reservorio de Y. enterocolitica son los cerdos domésticos y los serotipos patógenos de Y. enterocolitica que se encuentran con mayor frecuencia en los cerdos son los más comúnmente notificados en infecciones humanas. También puede encontrarse en aguas contaminadas por heces.

En el caso de Y. pseudotuberculosis actúan como reservorio tanto animales domésticos ( vacuno, caprino, ovino) como salvajes ( jabalís, ciervos, roedores, aves, etc). Las heces contaminadas de estos animales difunden la Y. pseudotuberculosis en el medio ambiente (agua, suelos, forrajes, etc.). Aunque Y. pseudotuberculosis raramente se aísla en alimentos y es una causa poco común de infecciones humanas, por lo general si que causa brotes, cuyo principal vehículo son los vegetales que se consumen crudos y han sido regados con agua contaminada.

Cuáles son las fuentes potenciales de infección

Las fuentes potenciales de infección más importantes de la yersiniosis son el consumo de carne de cerdo y sus derivados cuando no se cocinan a una temperatura suficiente, el consumo de leche cruda y derivados no pasterizados, asi como de vegetales crudos, listos para el consumo, que se conservan en refrigeración durante periodos largos de tiempo.

El consumo de aguas no tratadas también se ha identificado como vehículo de transmisión de esta infección. Y también hay que tener en cuenta otros alimentos que hayan podido sufrir una contaminación cruzada durante su manipulación y procesado, en particular si después se conservan largo tiempo a temperaturas de refrigeración.

Medidas de prevención

  • Hay varias medidas recomendadas para prevenir la yersiniosis en los establecimientos de procesado y de restauración, como las siguientes:
  • El control de los proveedores de las materias primas, en especial en los elaboradores de vegetales listos para el consumo, para descartar la contaminación a partir de las aguas de riego.
  • Lavar bien los vegetales crudos.
  • Un correcto tratamiento térmico de los alimentos de mayor riesgo. Por ejemplo, en leche y derIvados, se debe alcanzar como mínimo temperaturas de pasteurización. La congelación impide el desarrollo y multiplicación de la bacteria, pero no la refrigeración. Por ello, una de las medidas más efectivas es reducir la vida útil en los alimentos de riesgo que se conserven refrigerados.
  • Una buena higiene de manos, superficies y utensilios para evitar contaminaciones cruzadas durante el procesado o la manipulación de los alimentos.
  • El uso de productos que eviten los pH alcalinos y favorezcan las acidificaciones, para prevenir el desarrollo de la bacteria.