Fuente: AGROINFORMACION. www.agroinformacion.com
Fecha: 12 octubre 2020
El catedrático en Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y experto en Peste Porcina Africana (PPA), José Manuel Sánchez-Vizcaíno, asegura que España tiene un riesgo «importante» de entrada de la peste porcina, una enfermedad letal para los cerdos y jabalíes y con consecuencias para el comercio global. En una entrevista con Efeagro, afirma que, «desde hace tiempo», se conoce ese elevado riesgo porque hay hasta tres rutas posibles de llegada a España.
La que «más preocupa» es la importación de animales vivos (lechones) desde países europeos porque, aunque vengan de zonas libres de peste porcina africana, el camión que los transporta puede venir infectado si ha pasado por territorios con focos y no se ha desinfectado bien.
«El transporte es bastante peligroso y la importación de lechones es un riesgo claro para España, aunque sea legal», apunta. La segunda vía de las tres rutas posibles de llegada es la entrada de alimento (productos del cerdo) con presencia del virus en el que el patógeno puede vivir «mucho tiempo».
Hay «muchas» personas que trabajan en España y que al ir a sus países de origen pueden traer a su regreso alimentos infectados que, si posteriormente los consumen en zonas cercanas a granjas o en el campo, se corre el riesgo de que los restos sean ingeridos por cerdos o jabalíes.
Una tercera opción de las tres rutas posibles de llegada es que llegase de forma natural, como ha ocurrido en Alemania, a través de la fauna salvaje (jabalíes) con el peligro que eso supone actualmente dada la «hiperpoblación» que hay de este animal en la península ibérica.
Este experto propone medidas para cada una de estas vías, aunque haciendo especial énfasis en la «más peligrosa», es decir, la de la entrada de camiones al país con ganado.
Por esto, ante las tres rutas posibles de llegada considera que lo «ideal» es que los importadores de animales pidieran análisis de sangre de los cerdos en origen y certificados de que el camión está libre de PPA ya que hacer esos controles una vez en España no tendría sentido porque, en caso de positivo, «ya tendríamos la peste» en el territorio.
Para las otras dos vías, ve fundamental medidas como reducir de forma controlada la población de jabalíes porque «son una plaga» o concienciar a las personas de que no arrojen alimentos al suelo, especialmente en zonas con presencia de jabalíes o próximas a granjas de cerdos.
Por otro lado, Sánchez-Vizcaíno es optimista en cuanto a la disponibilidad de una vacuna efectiva y, de hecho, está enrolado junto a su equipo en una proyecto a nivel europeo que trabaje con tres prototipos. Los «augurios son bastante buenos» y se están obteniendo «resultados prometedores», subraya.
Uno de esos proyectos ha finalizado su primera fase de experimentación «in vivo» en jabalíes y se ha demostrado que «alrededor del 90 %» de los animales vacunados desarrolló protección frente a la PPA. A pesar de todo, habla de varios años aún para poder conseguir esa herramienta que consiga hacer frente al virus.
Se trata de un patógeno, no transmisible a humanos, especialmente difícil para la investigación porque, al igual que el VIH, «tiene una variabilidad genética grande».
Una de las dificultades se halla en que el sistema inmune del animal infectado no es capaz de generar anticuerpos neutralizantes, como sí ocurre «con la mayoría» de virus, de tal forma que la respuesta inmune «no es suficiente para neutralizarlo».
Eso, unido a la «gran virulencia» con la que se comporta este patógeno al ingresar en su huésped, hace especialmente relevante conseguir una solución sanitaria para las cabañas ganaderas.
Respecto a Alemania, que ha detectado ya varios casos en jabalíes, valora el «buen» trabajo que habían desarrollado para minimizar el riesgo de contagio a su ganadería pero «la vida silvestre no sabe de fronteras» y finalmente ha entrado en su territorio.